Trompo, Julia y su abuelo Nicomedes tienen la cabeza a pájaros, es
decir, llena de imaginación y de disparatadas historias. No es extraño,
por tanto, que las sillas crezcan, un ahogado viva feliz en el fondo del
mar, que Julia se sumerja en las Meninas, que un náufrago pase las
horas viendo la televisión, o la increíble historia del pájaro Marco
Polo. José A. del Cañizo, como sus personajes, también tiene la cabeza a
pájaros: por eso los cuentos de este libro están tan llenos de
imaginación y sus historias son tan disparatadas.
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